Música... una palabra bastante difícil de definir, sin embargo una definición de "diccionario" sería: el arte de organizar sonidos y silencios de acuerdo a ciertos principios fundamentales de la melodía, el ritmo y la armonía. Sin embargo, esta "definición" en mi opinión es muy general y vaga, pues considero que hay alguno sonidos y silencios organizados que no se deberían llamar música o por lo menos no lo son cuando llegan a mis oídos. La música tiene un vinculo innegable con la sociedad, la cultura, la historia pero sobretodo con los gustos y preferencias de cada uno de nosotros.
Creo que a lo largo de mi vida he escuchado diferentes tipos de música, desde música infantil que mis papás muy animados ponían en el equipo de sonido de mi casa cuando celebraban mi cumpleaños o el de mis hermanos hasta heavy metal, pasando por pop, rock, hip hop y rap y debo admitir que me gusta y disfruto la música de la generación de ellos, me sé todas las de Perales y Bosé, la música andina colombiana y me bailo todas las que ponen en las celebraciones de "viejitos". Por eso digo que aunque para mi la música sea la infinidad de canciones que hay en mi cabeza y la infinidad que vendrá, para muchos algunas cosas no entran en su concepto de música.
Muchos diremos que la música hace parte de la categoría Hobbies, que sirve para bailar y para entretenernos, que es un medio de expresión, que es un arte... pues aquí les cuento que:
Con el evolucionar
de la sociedad, de la cultura, del
consumo y de la cultura de consumo, las estrategias de marketing han
avanzado de forma simultanea; anteriormente
los consumidores iban a sus tiendas de costumbre y hacían sus compras, de
manera rutinaria y más por necesidad que por gusto, sin embargo con el paso de
los años y el aumento de las industrias y organizaciones, un mar de
posibilidades de compra ha sido abierto para los consumidores, quienes al tener un millar
de posibilidades, ya no están limitados por la necesidad y pueden escoger su lugar de compra por
conveniencia, cercanía, gustos y precios.
La industria musical ha
crecido con ayuda de los avances
tecnológicos, sin embargo no toda la música producida actualmente está hecha
para el entretenimiento del público, si no que también esta siendo utilizada
para afectar el comportamiento del consumidor.
“La música puede
afectar la compra, aquella que se reproduzca en una tienda a bajo volumen puede alentar una mayor interacción social entre compradores y el personal
de venta. Una música más rápida o más lenta influye en la percepción del tiempo
utilizado en la Tienda, y la música clásica puede dar una imagen de más clase o
de precio más elevado que otra música. El ritmo de la música también afecta la
compra. La investigación indica que una música de ritmo lento incrementa tanto
el tiempo como los desembolsos de la compra, en comparación con la música de
ritmo mas rápido de las tiendas comestibles.”[1]
Este apartado me hace entender el porqué me encanta ir a los
supermercados a pasear por todos los pasillos, antojándome de productos nuevos
y viendo las múltiples opciones que tengo para comprar, demorándome horas realizando las compras. Haciendo que realmente disfrute ir a comprar ¡comestibles! una tarea que generalmente es aburrida.
Este nuevo "mercado musical" me deja pensando que la música ya no es tan inofensiva como yo creía y que al parecer además de abrir nuestros oídos al mundo, aparentemente también tiene el poder
de abrir nuestro apetito, nuestros ojos y hasta nuestros bolsillos.
[1] Balckwell Roger,
Miniar Paul, Engel Jeff “Comportamiento del
consumidor” , 9 edición pág. 139. Versión
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